
Se cree que tiene su origen como forma de ritual pagano, de culto a la fecundidad.
Algunos expertos apuntan a Grecia, para situar su surgimiento, concretamente en las danzas esotéricas practicadas como parte de los rituales de ofrenda a los dioses.
Con
esta danza la mujer (o parte feminina del hombre) trabaja espíritu y
cuerpo, principalmente los músculos del abdomen y la flexibilidad de la
cadera.
Ayuda
a superar o afrontar posibles conlictos emocionales o de baja
autoestima ya que es una vía de exaltación de la parte más femenina
relacionada con la belleza, la intuición, la fecundidad y la
concepción.

La
danza del vientre está basada en la idea de continuidad de fluidez. Es
por ello que predominan los movimientos suaves y ondulatorios,
combinados con vibraciones cortas y rápidas o bien más grandes y
marcadas.
Es
un baile en el que participa todo el cuerpo, aunque la mayor parte del
movimiento se centra en las caderas y los músculos abdominales y de la
pelvis.
Se basa en la disociación de movimientos, aprendiendo a aislar las distintas partes del cuerpo para crear distintas figuras y ritmos, que más tarde pueden ser combinados para construir diversas composiciones o coreografías.
DE LOS HOMBROS A LA MUÑECA,
DE LA CURVA DEL VIENTRE A LAS CADERAS,
ACOMPASADO CON EL PASO LIGERO Y ÁGIL,
EL MOVIMIENTO FLUYE CONTINUO,
SINUOSO,
COMO LA MÁS PURA Y
SINCERA EXPRESIÓN DE POESÍA.
COMO FLUYEN TODAS LAS COSAS EN LA NATURALEZA."
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